"No sabes lo que no sabes." Escuché esta frase recientemente y me llamó la atención. Como alguien siempre tentado por el orgullo intelectual, veo como el EspÃritu Santo me recuerda a menudo las limitaciones de mi mente. Es cierto, no sé lo que no sé, y eso deberÃa provocarme humildad.
De joven, me sentÃa más seguro acerca de muchas cosas teológicas. Pero al ir creciendo, aprendiendo más teologÃa, empecé a reconocer que habÃa mucho que yo no sabÃa, y mis certezas previas son ahora mucho menos seguras. He cambiado drásticamente de opinión sobre algunas de ellas. Por ejemplo, solÃa estar muy seguro de que el bautismo de infantes no era bÃblico, pero después de un estudio riguroso, cambié de opinión. Cambié no por mis sentimientos, sino porque fui convencido por las Escrituras. Si no, no me habrÃa unido a la Iglesia Cristiana Reformada.
Al aprender mejores métodos de estudiar las Escrituras y al estudiar seriamente los puntos de vista opuestos, empecé a ver algunos de mis puntos ciegos intelectuales anteriores. Mi certeza previa se basaba en un conocimiento insuficiente.
El apóstol Pablo advirtió que "El conocimiento envanece, mientras que el amor edifica. El que cree que sabe algo, todavÃa no sabe como debiera saber." (1 Corintios 8:1-2, énfasis propio). Tristemente, la mayorÃa de cristianos recuerdan la primera parte de esa advertencia, del conocimiento que envanece, pero descuidan la segunda parte. No es simplemente el conocimiento intelectual en sà mismo lo que lleva al orgullo, sino también el conocimiento insuficiente y el conocimiento no unido al amor de Dios.
Los psicólogos modernos llaman a esto el efecto Dunning-Kruger, llamado asà por sus investigadores originales. Encontraron que las personas menos competentes tienden a sobrevalorar sus propias habilidades, mientras que lo contrario es cierto para las personas realmente competentes. Los que más conocen tienden a ser más humildes respecto a sus habilidades porque son más conscientes de sus propias limitaciones. Ellos entienden la inmensidad del conocimiento disponible. Las personas menos competentes, por otro lado, saben lo suficiente para funcionar, pero no lo suficiente para evaluar correctamente su propia incompetencia. Tienen demasiada confianza en sà mismos porque ignoran su ignorancia.
Un problema mayor es que a menudo confundimos esa confianza y certeza con carisma y liderazgo. A su vez, a menudo confundimos la humildad intelectual con la indecisión y la cobardÃa. No es inusual, por lo tanto, que nuestro mundo recompense y ascienda a los menos competentes por encima de los verdaderamente competentes. (Para ser claros, los menos competentes no son totalmente incompetentes. Por ejemplo, podemos tener dos médicos y ambos se recibieron de la escuela de medicina pero que no son igualmente competentes.)
¿Cómo afecta esto a nuestros argumentos teológicos? Con el tiempo he aprendido a prestar mayor atención a los teólogos bÃblicos que son más matizados y menos blanco-y-negro y más humildes en sus conclusiones. Pero muchos cristianos de ambos lados del debate a menudo prefieren a los que hacen declaraciones absolutas con absoluta certeza. Me temo que estamos recompensando y amplificando las voces equivocadas. Las voces que gritan "¡La Biblia es absolutamente clara!" pueden no estar en lo cierto aunque estén absolutamente seguros de sus posiciones. Su confianza y certeza podrÃan basarse en un conocimiento insuficiente.
Ahora soy más humilde en mis convicciones intelectuales porque me doy cuenta de que probablemente aun cuento con puntos ciegos intelectuales. Continúo aprendiendo y creciendo en conocimiento. Pero mi fe no depende de cuánto sé, sino de conocer a Dios, que me sostiene en el amor.
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Shiao Chong is editor-in-chief of The Banner. He attends Fellowship Christian Reformed Church in Toronto, Ont.
Shiao Chong es el redactor jefe de The Banner. El asiste a Iglesia Comunidad Cristiana Reformada en Toronto, Ont.
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